La diversidad e inclusión en la empresa de las personas con discapacidad busca fomentar y garantizar que todos/as disfrutemos de un mundo más equitativo y respetuoso frente a cualquier individuo.

Dentro del sector de los RRHH aún queda mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad real en la generación de oportunidades a este colectivo, por ello no está de más que, quienes creemos en ella, le debemos la máxima visibilidad y herramientas para, poco a poco, hacerlo posible.

Mi pregunta, para empezar, sería ¿cómo podemos contribuir a una sociedad más inclusiva desde nuestra posición?

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Consejos para poder ser más inclusivos en nuestra empresa

Hay personas que estarían dispuestas a generar este tipo de oportunidades, pero no saben cómo hacerlo o cómo defenderlo ante las demás personas de sus equipos. Seguidamente te propongo algunos consejos:

1. Centrémonos en la persona

Debemos mirar más allá de la discapacidad y ver a la persona que tenemos delante para ser consciente de sus fortalezas, habilidades y competencias, así como sus debilidades. De este modo lograremos una visión del valor que puede aportar a nuestra empresa o a nuestros equipos, aunque haya posibles limitaciones.

Por ejemplo: si estamos buscando un perfil para logística, habitualmente lo primero que se piensa es que, si una persona con discapacidad postula a esa vacante, no se podrá tener en cuenta. Pero ¿por qué? Hay muchos tipos de discapacidad y quizá la de esta persona, con las necesidades de esta posición, no impide que pueda llevar a cabo sus responsabilidades. A veces la limitación la ponemos nosotros mismos/as tan solo viendo un certificado de discapacidad. Hablemos con esa persona y que nos cuente porqué cree que encaja en la vacante, más de una vez veremos que nos equivocábamos al prejuzgar.

2. Valoremos la diversidad

Es vital aceptar y entender que todos/as somos diferentes, desde nuestros gustos, sueños, metas, hasta el tamaño o color de piel. Por ello, la diversidad no debe ser percibida como un problema, sino como un aspecto enriquecedor para nosotros/as mismos y para nuestra sociedad.

Tener una persona diferente a nosotros al lado siempre puede aportarnos algo positivo. Es importante ser abiertos de mente para aprovechar estas ocasiones para aprender, conocer otros puntos de vista u opiniones, o formas de trabajar distintas.

3. No nos tropecemos con el lenguaje

Cuantas veces hemos escuchado, incluso dicho, términos como: minusválido, discapacitado o personas con habilidades diferentes; sin embargo, ninguno de estos es el correcto. El término correcto, con el cual se busca eliminar prejuicios y conceptos estereotipados, es: Persona con Discapacidad.

Puedes leer mi reflexión sobre el lenguaje inclusivo en este post: Lenguaje inclusivo y discapacidad: ¿cómo dirigirnos a las personas discapacitadas correctamente?

4. Una oportunidad para todos y todas

Buscar la inclusión de las personas con certificado de discapacidad en nuestra sociedad es principalmente un deber del estado; sin embargo, no es exclusivo. Desde nuestra posición como empleadores o personas con contactos en el mundo laboral, podemos crear grandes cambios significativos.

No tengas miedo a recomendar una persona con discapacidad para un empleo o proyecto, defiende tus motivos y pon en valor las habilidades y capacidades de esa persona. A veces, la primera respuesta es un ‘No’ por desconocimiento. No te rindas en ese momento, busca el modo de hacer ver a los demás lo que puedes ver tú en esa persona. Si todos/as nos involucramos, seguro llegaremos más lejos.

Lograr la inclusión social en las personas con discapacidad requiere perseverancia, actitud y trabajo en equipo, no olvides enseñar y compartir lo aprendido con tus familiares o amigos/as cercanos, ¡Así lograremos grandes resultados!