El Covid-19 ha llegado sin avisar y está poniendo a prueba a las empresas, visibilizando qué organizaciones tienen mayor o menor resiliencia y qué sectores van a tener más lejana su recuperación. En Grup Montaner, como empresa de servicios que somos, tenemos claro que nuestra misión de ofrecer oportunidades de éxito a personas y empresas, precisa de una compañía que sea sostenible en el tiempo. Esto sería inviable si no nos aplicamos internamente principios como el de la efectividad para diseñar nuestro propio plan de eficiencia empresarial.
De hecho, uno de nuestros cinco valores de grupo es el de ‘Efectividad sostenible’: conseguir lo que nos proponemos en el mejor tiempo, con el menor coste, cuidando al cliente interno y externo. ¿Cómo se materializa este valor dentro de la organización? Trabajamos cada día orientados a nuestros clientes, teniendo muy presentes sus necesidades y asegurando la satisfacción con el servicio prestado con rigor, flexibilidad e inmediatez, y sin perder de vista algo básico: nuestra cultura del cuidado de las personas. La eficiencia empresarial es un compromiso, un método de trabajo, que se refleja en cómo hacemos las cosas y no solo en el resultado final.
Dentro de esta necesidad de adaptarnos a la nueva situación, y ‘cuidar al cliente interno y externo’ como promovemos en nuestros valores, en Grup Montaner trabajamos en dos pilares centrados en la estrategia comercial y en la eficiencia del grupo. Este segundo pilar se estructura en cuatro áreas de actuación que son fundamentales para garantizar la mejora continua: asegurar la calidad de nuestros procesos, la viabilidad de nuestras operaciones y nuestra salud financiera.
En el ‘Pilar del Plan de Eficiencia’ trabaja un grupo de más de 30 profesionales de la casa desde marzo de este año. Realizamos cada semana reuniones donde se exponen los avances y dificultades, compartiendo todos los equipos los resultados de cada área de actuación. También contamos con “invitados/as”, compañeros/as de Grup Montaner que participan en las reuniones y nos dan feedback, ayudándonos también a que el “pilar” se difunda dentro de la organización.
¿Qué estamos trabajando en nuestro plan de eficiencia empresarial?
1. Modelo de oficinas Quality
Nuestra línea de negocio de trabajo temporal está construyendo un modelo que optimiza los recursos, se apoya en Sistemas y busca un mejor relacional con el cliente, aprovechando la digitalización de nuestros procesos con clientes y empleados/as. Para ello, junto con el modelo, el proyecto incluye el empoderamiento de los equipos locales de cada oficina en su relación comercial con el cliente.
2. Optimización de Sistemas de la Información
Con más de veinte proyectos transversales que impactan a todas las unidades de negocio, buscamos sinergias, simplificación de tareas y automatización de aquellos procesos que no aportan valor.
3. Modelo de ‘trabajo en remoto’
Los casi ochenta empleados/as de Estructura del grupo han diseñado de forma colectiva esta nueva forma de trabajo “semi-presencial” en oficinas. A través de entrevistas, focus groups y encuestas, la plantilla ha diseñado el nuevo sistema de trabajo que hemos implementado en la empresa a raíz del Covid y que marcará un antes y un después en nuestra forma de trabajar. El nuevo modelo permite, entre otras, una mejor conciliación de la vida familiar y un importante ahorro de tiempo en desplazamientos al acudir a las oficinas a trabajar entre una y tres veces por semana en lugar de cinco. También facilita la creación de espacios seguros de trabajo en el hogar y marca pautas de respeto en los tiempos de trabajo y reuniones.
4. Monitorización del Presupuesto y el Gasto (PyG)
Es mucho más que un seguimiento económico. Aquí nos replanteamos y cuestionamos cualquier tipo de gasto siempre bajo la pregunta de si es necesario y qué nos aporta, ¿se pueden hacer las cosas de otra manera más eficiente?, ¿nuestras tarifas están recogiendo todos los costes?. Las mejoras y avances realizados marcan una nueva forma de trabajar, más rigurosa, crítica y estructurada.
Lo que hemos aprendido es que el mundo es cambiante, desconcertante incluso, ¿quién hubiera previsto una situación como la actual? No existe zona de confort y es preciso adaptarse en todo momento, reinventarse una y otra vez, con agilidad, entendiendo que los retos a los que nos enfrentamos las empresas son mayúsculos, pero también lo son las oportunidades que éstos mismos nos brindan. Recordando siempre de dónde venimos, siendo fieles a nuestros valores, nuestra misión, nuestra razón de ser, ese espíritu Montaner que nos significa y diferencia.