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Hace relativamente poco recordé una frase de la periodista Brenda Ueland cuyo mensaje está de moda:

“Todos tenemos talento porque todos los seres humanos tenemos algo que aportar”.

No cabe duda de que ahí radica el éxito y el liderazgo de muchas organizaciones.

Conseguir impulsar el equipo humano, compartir valores y potenciar el crecimiento mutuo, no es tarea fácil.

¿Cuántas veces hemos formado a las personas de un equipo y pasado poco tiempo desarrollan todo su expertise en otra empresa? ¿Cuántas veces hemos vivido la huida del talento? ¿Cuántas veces hemos sentido frustración por ello?

El poder dar una respuesta positiva a estas preguntas pasa por trabajar día a día en y con las personas y no sólo en los resultados.

¿Cómo conseguir una ventaja competitiva?

Empecemos por compartir el propósito, la esencia y los valores de la compañía. ¡Hagamos a nuestros equipos partícipes de ello!

De igual modo es necesario tener presente que es condición sin ecuánime que cualquier persona, sea en el entorno que sea, necesita poder crecer y sentirse valorada para obtener resultados satisfactorios.

Crecer significa desarrollarse. Para ello es imprescindible poder ofrecer la formación necesaria, nuevos proyectos que supongan pequeños o grandes retos, responsabilidades acordes a sus conocimientos y competencias, dibujar planes de carrera, poseer un nivel óptimo de autoconocimiento… Hacer sentir importante a las personas del equipo implica mostrar apertura a opiniones y propuestas, dar flexibilidad tanto de movimiento como de actuación, escuchar, escuchar y escuchar, y aceptar percepciones diferentes de pensamiento y acción todo envuelto en una metodología basada en el liderazgo apreciativo.

¿Qué conseguimos?

Todos estos aspectos generan un efecto positivo y continuo entre los trabajadores que provoca el llamado efecto dominó más allá de los límites de la propia empresa. Un equipo de personas feliz es un equipo que lucha por lograr el bienestar común.

De esta manera conseguimos transmitir un valor diferencial también frente a la competencia, convirtiéndonos en un atractivo para los clientes, proveedores y trabajadores.

Sólo si el binomio empresa-persona funciona conseguiremos ser grandes.